Retablo en madera - Un besito

La obra irradia una sensualidad audaz: la figura enmascarada, con su máscara de látex brillante, no solo mira al espectador… lo invita. El gesto del beso, exagerado y perfecto, se convierte aquí en un acto de provocación calculada, una coreografía visual en la que la seducción es parte esencial del lenguaje artístico.

El contraste entre el fucsia incandescente del fondo y el negro profundo del látex transforma la imagen en un choque de energías: lo suave frente a lo feroz, lo inocente frente a lo peligroso. La luz que resbala por la superficie del traje sugiere una cercanía táctil, casi como si el material respirara junto con la figura.

Expuesta en un entorno minimalista, la imagen no pide permiso: domina el espacio con su actitud desafiante. La obra celebra el poder de la seducción como expresión artística, donde la picardía se convierte en un gesto estético y la presencia femenina se afirma con una mezcla exquisita de misterio, coquetería y control.